En mi oficina, todos conocen muy bien este fantástico bizcocho. De hecho, siempre lo traigo cuando es mi santo o mi cumpleaños. Y es que cuando lo traigo, no dura ni 2 telediarios: vuela en un momento.
La repostería de casa tiene un amor especial que hace que se convierta en un ingrediente secreto y que nada de lo que pruebes estará igual de bueno que el de tu casa.
Pues este bizcocho de manzana es de este tipo de recetas. Receta que pasa de madre a madre, y en este caso, a mi marido. No obstante, esta entrada merecía que quien hiciera el bizcocho fuera mi suegra. Así que las maravillosas manos que aparecen en las fotos, son las suyas.
Ingredientes:
- 1 yogur natural azucarado
- 3 o 4 huevos (dependiendo de si son muy pequeños o medianos)
- 3 medidas(*) de harina
- 2 medidas(*) de azúcar
- 1 medida(*) de aceite de girasol
- 1 sobre de levadura de repostería
- 1 sobre de gaseosa de repostería
- 2 manzanas
(*) Las medidas son el envase del yogur.
Por si no sabéis qué es la gaseosa, aquí os ponemos una foto:

Aunque se vean 2 sobres de diferente color, se tiene que echar el contenido de los dos. Es decir que lo que veis en la foto es 1 sobre de gaseosa. 🙂
Preparación:
Vamos precalentando el horno y, en un bol, ponemos poco a poco los ingredientes para mezclarlos. Primero pondremos los huevos, el yogur y el aceite.

Después añadimos las dos medidas de azúcar, e incorporaremos las 3 medidas de harina, poniendo también la levadura y la gaseosa. Lo mezclamos todo muy bien, y esta será la base del bizcocho.



Lo siguiente es incorporar las manzanas cortadas a rebanaditas pequeñas, como si hiciéramos «patatas a lo pobre». Lo mezclamos todo muy bien y a meterlo en el molde!


Pero antes de meter la mezcla en el molde, hay que prepararlo bien. Lo engrasamos con aceite y espolvoreamos con un poquito de harina.


Ponemos la mezcla, y por encima espolvoreamos con azúcar para que caramelice cuando se esté haciendo en el horno. Lo pondremos a 180°C durante una media hora.


Ale! a disfrutar!!